5 razones por las que prefiero ir a los mercados que al súper
Antes de darte razones solo quiero mencionar que los mercados, por lo menos en México, son lugares increíbles, estés dónde estés, cada uno tiene un alma propia porque en ellos habita toda una cultura llena de vida y color, misticismo, historias e ideales compartidos. Si eres de los que se detienen a observar el mundo a su alrededor.
Sólo caminar por los pasillos, con la capacidad de asombro alerta, es una experiencia enriquecedora, para explicar esto, aquí te comparto mis 5 razones por las cuales prefiero ir a los mercados a hacer mis compritas que al súper.
Número uno y con afán de des-romantizar las violencias estructurales que anidan en los actuales sistemas productivos, políticos y económicos que permiten una tan polarizada distribución de la riqueza en nuestro país/continente/planeta. Obviamente, consumir activamente en los mercados y negocios pequeños de nuestras localidades, equilibramos un poco la balanza para fortalecer las cadenas comerciales de nuestra comunidad. La gente puede crecer su emprendimiento y gozar de una mejor calidad de vida. Sí, porque el capitalismo no se va a ir a ningún lado, pero hay maneras de contrarrestar sus efectos negativos. Aparte, el sistema ya deja de ser sostenible y es nuestra responsabilidad encontrar mejores caminos.
Número dos, en los mercados encuentras todo (o casi todo) lo que necesitas para la casa o el negocio, y normalmente más barato. Ojo, no siempre y no todo, pero el que busca, encuentra. Es toda una curva de aprendizaje el descifrar cómo hacer las mejores compras en el mercado. Es investigación, prueba y error, y normalmente descubres cosas nuevas por accidente. Como dónde comprar las mejores carnitas estilo Michoacán, frutas y leguminosas de temporada de la región, botas para hacer senderismo de calidad de importación o un santero que te haga la limpia para deshacerte del "mal de ojo" y uno que otro "amarre". Es un lugar místico también, donde habita sabiduría ancestral, magia y cosmogonías de antaño. Si tienes la apertura de socializar con todos tus iguales, charlar con la banda del mercado también es enriquecedor. Dulce, la señora del puesto de las botas, me explicó la última vez que fui al mercado Pedro Escobedo en el centro de Querétaro, que la gente no va porque no hay estacionamiento. Yo le digo a esa gente que se estacione a 2, 3 o 4 cuadras. Sirve que caminan un poquito y mueven el "puerco".
Número tres, que pensándolo bien pudo haber sido la primera, en los mercados normalmente tienes "chorros" de opciones para degustar todo tipo de manjares, cada mercado con sus propias especialidades gastronómicas. Manos mexicanas cocinando platillos mexicanos. Nuestro error es darlos por sentado pero, no por nada la gastronomía mexicana se ha dado su lugar en el mundo. De entrada, la mejor de las dietas, la "3T" (tortas, tacos y tamales) tacos y quesadillas de pastor, cecina, asada, cochinita, carnitas, barbacoa, guisados, con queso, sin queso, asados, fritos, dorados, al comal, con copia o sin copia, con salsa de la verde que pica y de la roja que pica poquito, con verdura y sin verdura, etc.; pozole, garnachas, comidas corridas, Fast Food mexicanizado (pizzas, jochos y hamburguesas), mariscos, jugos, cocktailes y licuados, etc. Cada visita una degustación diferente. Prueba y error.
Número 4, menor impacto ecológico. El hecho de que existan productores locales en los mercados que no incurren en practicas industriales ni gastan en químicos para acelerar los procesos naturales de crecimiento de los productos, ya hay una incidencia mucho menor en el impacto al medio ambiente. Un ejemplo son las chinampas de Xochimilco, prácticas agropecuarias ecológicas y sustentables o abonadas con los desechos del ganado local. Todo un círculo virtuoso. Por otra parte, el hecho de reducir el número de intermediarios involucrados en estas cadenas comerciales, nos ahorra la contaminación de los traslados de producto y los empaquetados. ¿Que pedo con la banda que vende jitomates en una caja de plástico y que pedo con la que lo compra? (Ya en serio, ocupamos contaminar menos, no al revés, no chinguen).
Por último, número 5: la gente y sus historias. Hay autenticidad, mucha pasión, hay especialización. En el mercado te sientes bien. Tienen ambientes con fuertes destellos de lucidez y calidez porque se da la interacción humana a un nivel más cercano. Un mercado es toda una organización, ves a los hijos de las doñas llevándoles de comer, a los cargadores albureándose entre ellos, al autodenominado "espiritual" comprando hierbas, piedras e inciensos y a la abuelita acarreando su "diablito" lleno de guayabas y tunas o, una linea de producción de 10 cocineros súper eficiente en la marisquería. Hay harto conocimiento y también sabiduría, que no no es solo saber sobre muchas cosas sino entenderlas. Un error dentro del clasismo y el racismo mexicano, es negar el valor intrínseco de la persona que esta frente a ti y olvidar que aquel que es diferente a ti, nunca te resta pero siempre te suma. Porque cada vida es un mundo, una historia y una perspectiva diferente a la mía. De ello, solo debemos extraer una cosa: aprender. Aprendemos escuchándonos y aprendemos comunicándonos. Para eso, tenemos que vernos como iguales. De otra manera, hay un bloqueo en el potencial de enunciar ideas a través del lenguaje.
Para cerrar y contrastar un poco, el súper sí tiene su onda pero esta diseñado de una manera que es placentero: iluminación, temperatura, colores, espacio, ofertas, etc (psicología del consumidor) y por eso nos gusta, hay gente que literal lo usa como si fuera meditación o Yoga: para desestresarse y despejarse y está muy bien. Es práctico, no lo niego y tiene estacionamiento y productos de importación. Me declaro culpable. También me mama ir al súper, pero prefiero los mercados mil veces.
